Bernardino Ramazzini nació en Capri, en una familia acomodada, el 4 de octubre de 1633. Estudió latín y griego. A los 26 años obtiene el reconocimiento doctoral de medicina y filosofía. Desde 1663 trabaja como médico municipal en Canino y Marta, dos pequeñas ciudades del ducado de Castro. Desde entonces, participa y lo invitan a participar en numerosas academias y se relaciona con los intelectuales más renombrados de su época. Profesor en Módena desde 1682. La academia Imperial Leopoldo-Carolina de Naturae Curiosorum de Viena le otorga un diploma en el cual viene señalado "tercer Hipócrates" Desde 1690, y hasta 1694, Ramazzini compone las Constituciones epidémicas, una aportación fundamental, como las elaboradas por Hipócrates. En estas publicaciones son tratadas las relaciones anuales sobre las enfermedades que se presentaban en el territorio modenese. Otra afirmación que se plantea en estos escritos es sobre la necesidad (en el sentido de la mayor eficacia) de prevenir las enfermedades, desde el momento en que las curas utilizadas para controlarlas no aportan resultado alguno. De igual modo tiene importancia el planteamiento que se hace sobre la medicina pública.La edición de 1700 publicada por los tipógrafos de A. Capponi contenía 40 capítulos* y una disertación sobre las enfermedades de los intelectuales indicada como "último capítulo". La edición de 1713 es la última preparada por el autor y comprende el Tratado sobre las enfermedades de los trabajadores, publicado por primera vez, un suplemento de doce capítulos dedicados a otros tantos grupos de trabajadores, escrito a propósito para la edición paduana, aunque es omitido el capítulo sobre las enfermedades de los albañiles, y una disertación sobre las enfermedades de las monjas.A Bernardino Ramazzini le tocó vivir una época de crisis económica estructural que se refleja en grandes revoluciones espirituales en Europa: el llamado mundo barroco. Tiempos de gran polarización social entre burguesía, clase media y una cada vez mayor masa de pobres que despertaba, hacia los demás, reacciones ora de rechazo, ora de atención. Al mismo tiempo una crisis de los Estados tradicionales, guerras prolongadas y desestabilización moral.Sólo hasta finales del siglo XVII empezó una lenta recuperación, luego de la revolución inglesa de 1688. Pero, si bien todo esto vale para Europa, mientras tanto Italia, a decir de Gramsci,3 después del año 1 000 inicia la reacción contra el régimen feudal; en los dos o tres siglos siguientes se transforma profundamente el ordenamiento económico, político y cultural de la sociedad; se revigoriza la agricultura, se reavivan, extienden y organizan las industrias y los comercios; surge la burguesía, nueva clase dirigente, con ardiente pasión política y unida en poderosas corporaciones europeas, se reconstituye con creciente espíritu el Estado comunal. No obstante, el "Estado" en el estado comunal tuvo un significado "corporativo" limitado pues no pudo desarrollarse más allá del feudalismo medio. En Italia los Comunes no supieron salir de la fase corporativa, la anarquía feudal predominó y luego vino la dominación extranjera.
El núcleo del nuevo paradigma fue poner en claro la función de los sentidos y de la razón, es decir de sus interrelaciones, en el proceso del conocimiento científico, una vez que el concepto mismo de conocimiento científico hubiese sido definido. Pero ante la imposibilidad de lograr establecer qué era y qué caracterizaba al conocimiento científico, el problema se trasladó a los intentos de resolver las preguntas de ¿cuál es la función de los sentidos y cuál la de la razón o cuáles son sus interrelaciones en el proceso de conocimiento científico? Para unos la respuesta era que el conocimiento verdadero se adquiriría por los sentidos y por un proceso de inducción;
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