marco teórico tarea 3
Nombre De La Escuela:
Universidad Ducens
Nombre Del Maestro:
Juan Francisco Montoya González.
Nombre Del Alumno:
L.E. Natanael Román Gabriel
Nombre De La Materia:
Metodología de la investigación
Nombre dela tarea:
Con base a la lectura de Rivera García "Marco
Teórico, elemento fundamental en el proceso de investigación científica"
intenta realizar un primer esbozo del marco teórico integrando las fuentes
pertinentes de las cuales se puedan abstraer conceptos, teorías o rutas de
investigación.
MARCO
DEREFERENCIA DE LA INVESTIGACIÓN
MARCO TEORICO
los trastornos musculoesquelético incluyen una amplia
expectativa de condiciones que, por lo general, se asocian con el dolor e
implican de la movilidad, aunque presentes especificaciones según la enfermedad
de que se trata. Se caracterizan por su alta prevalencia en la población
general, su tendencia frecuenta a la cronicidad y su potencial de ocasionar
discapacidad. tiene un gran impacto en la calidad de ida y la funcionalidad de
las personas que padecen. están relacionados con el envejecimiento progresivo
de la población y con los cambios en los estilos de vida y de trabajo, todos
los seres humanos utilizan sus músculos, tendones, ligamentos y articulaciones
para levantar, cargar ponerse de pie caminar moverse y trabajar de varias
maneras. Sin embargo, a veces etas tareas, o la forma en que las realizan
pueden exigir demasiados a sus cuerpos, Causando dolor e incomodidad, además,
puede conducir a una lesión más grave llamada trastorno musculoesqueleticos
los trastornos
musculo esqueléticos relacionados con el trabajo
Definición
Los Trastornos Musculoesqueléticos (TME) son alteraciones
inflamatorias o degenerativas que sufren estructuras corporales como: •
Músculos. • Nervios. • Tendones. • Articulaciones. • Ligamentos. • Huesos. •
Cartílagos. • Miembros superiores e inferiores. • Principalmente lesiones en el
cuello y espalda baja. Causadas o agravadas fundamentalmente por el trabajo y
los efectos de su entorno como el esfuerzo o la exposición prolongada a
factores físicos ya sea de repetición, fuerza, vibración o posturas incómodas
(Llaneza, 2009; Diego-Mas, 2012; EU-OSHAS, 2019).
https://www.itson.mx/publicaciones/Documents/ingytec/Programa%20para%20la%20prevenci%C3%B3n%20de%20trastornos%20musculoesquel%C3%A9ticos_FINAL_compressed.pdf
El término “enfermedades musculoesqueléticas” (de la
traducción literal del inglés musculosqeletal deseases) describe bien las
estructuras que afectan (huesos, articulaciones, estructuras periarticulares y
músculos) e incluye todo tipo de artritis, dolor lumbar, enfermedades óseas,
reumatismos de partes blandas con dolor regional o generalizado y enfermedades
sistémicas del tejido conectivo. Sin embargo, el término refleja peor la
capacidad de afectación sistémica y de órganos vitales lo que complica el
abordaje de muchas de estas enfermedades.
Los TME incluyen un espectro amplio de condiciones que va
desde enfermedades de inicio agudo o subagudo hasta otras de larga evolución.
Por lo general se asocian con dolor y limitación de la movilidad con
particularidades en sus manifestaciones clínicas, morbilidad y mortalidad.
Comprenden las enfermedades articulares, las del tejido conectivo, los
problemas de columna vertebral, los reumatismos de partes blandas, la artrosis
y la osteoporosis, entre otras (Estrategia ERyMEs del SNS)
Otro problema de salud que se ha destacado en varias
investigaciones realizadas en las últimas décadas, es el problema de los
trastornos músculo-esqueléticos o síntomas físicos. Estos incluyen trastornos
de los músculos, tendones, nervios o articulaciones que pueden ocurrir en
cualquier parte del cuerpo, aunque más comúnmente afectan el cuello, la espalda
y las extremidades superiores. Aunque pueden deberse a factores ajenos al lugar
de trabajo e incluso pueden tener causas personales, por tal motivo, las
condiciones de trabajo están directamente relacionadas con los trastornos
musculoesqueléticos. La prevención de dichos trastornos está Planteamiento de
la investigación 9 directamente relacionada con el correcto diseño del trabajo
(por ejemplo, espacio asignado o suministro de iluminación adecuada), y las
demandas físicas (por ejemplo, mover cargas pesadas y realizar tareas
repetitivas). (García-Herrero, Mariscal, García-Rodríguez, & Ritzel, 2012)
http://hermosillo.tecnm.mx/posgrado/mii/tesis/Olivia%20Alcantar%20Jatomea.pdf
teorías
explicativas los trastornos musculo esqueléticos relacionados con el trabajo
como se menciona al principio de este apartado, los
trastornos musculo esqueléticos relacionados con el trabajo, están relacionados
con el envejecimiento progresivo de la población y con los cambios en los
estilos de vida y de trabajo, todos los seres humanos utilizan sus músculos,
tendones, ligamentos y articulaciones para levantar, cargar ponerse de pie
caminar moverse y trabajar de varias maneras. Los principales factores que intervienen
en las sesiones de los tejidos del sistema musculoesquelético son físico (sobre
cargo mecánica movimientos repetitivos, posturas forzadas o estáticas)
organizativos (trabajos exigentes, falta de control en tareas, niveles de satisfacciones)
y personales de (edad, sexo).
prevención.
Realizar uno 5 minutos cada 2 horas de ejerció en el
trascurso del horario laboral eso ayudara que el personal se relajen los músculos
que esta algo tenso y así evitar una lo que venciendo el
el trastorno musculoesqueléticos
ya que asiendo ejerció evitamos algunostraumatismo musculoesqueléticos que nos
pudieran afectar a furos
MARCO CONCEPTUAL
El marco del modelo explicativo está
principalmente dirigido a la interacción médico-paciente en los escenarios de
atención médica. La utilidad de este modelo se sostiene, en parte, por la
facilidad con la que puede ser aplicado en el espacio clínico. En un tiempo
relativamente corto, los médicos pueden elucidar la perspectiva del paciente
sobre su padecimiento en sus propias palabras. El enfoque centrado en el
enfermo provee al personal de salud los medios para comparar el ME del médico
con las narrativas personales del paciente, por ejemplo, sobre episodios
relacionados con la pérdida de la salud, su contexto familiar específico, su
situación económica, entre otros.
LOS
TRASTORNOS:
Existen muchas maneras de nombrar el
fenómeno de la pérdida de la salud: desde la perspectiva biomédica, la palabra
más empleada es la de enfermedad; desde el punto de vista del paciente, el
término que describe mejor su experiencia es padecimiento. Sin embargo, entre
enfermar y padecer hay un abanico de posibilidades que aluden a expresiones
corporales, físicas y mentales, así como a situaciones biológicas, emocionales,
sociales y culturales específicas. En torno a la salud se afectan las
relaciones interpersonales e institucionales, se involucran circunstancias
económicas, políticas y ecológicas que influyen en las múltiples modalidades en
las que se experimenta el dolor, el sufrimiento y el malestar.
El dolor y el sufrimiento son cuestiones
subjetivas y en muchas ocasiones se les considera poco científicas, por la
dificultad de ser medidas o evidenciadas objetivamente. Las dolencias están
íntimamente ligadas a las emociones, expectativas y juicios morales, así como a
la experiencia interpersonal de los individuos, cuya existencia se sitúa en
coordenadas espaciotemporales específicas y en contextos socioculturales
particulares.
En la década de los ochenta del siglo
pasado, Arthur Kleinman, en su libro ya clásico The Illness Narratives (1988), propuso un modelo y una tipología para
distinguir la enfermedad (disease) característica de la perspectiva biomédica, el padecimiento
(illness) que implica la perspectiva del paciente, y el malestar (sickness) que tiene raíces socioculturales y se expresa de manera
colectiva en un contexto específico1.
Kleinman enfoca su propuesta en la
relación médico-paciente, y explica: el médico, por medio de la acción
comunicativa, busca empatar la denominada mirada clínica con la experiencia
psicosocial de su paciente para asegurar la eficacia de su tratamiento. De la
comprensión mutua y la empatía depende en gran medida la trayectoria de la
enfermedad.
Los relatos en primera
persona de los pacientes son un recurso valioso para entender el proceso de
enfermarse y recuperarse. Los sociólogos de la salud se han enfocado en el
aspecto de la identidad de la persona enferma. Por medio de estudios históricos
y clínicos indagan la forma en que los pacientes individuales explican la causa
y el significado de su estado, para realizar el análisis contextual e iluminar
las nociones del yo y del cuerpo.
Se propone un acercamiento a la práctica
clínica centrado en el significado, al reconocer que todas las realidades del
padecimiento son fundamentalmente semánticas; esto es, basadas en esquemas
socioculturales que se expresan en las narrativas alrededor del padecer. Las
experiencias de enfermar están constituidas por prácticas interpretativas,
tanto de quien narra (paciente) como de quien escucha y reelabora la narración
(médico). Los modelos explicativos son representaciones del flujo cultural de
las experiencias de vida, es decir, son justificaciones para la acción
práctica. A partir de ellos se decide conjuntamente qué hacer o cómo atender la
enfermedad.
EL “TRASTORNO” COMO CATEGORÍA INTERMEDIA
Entre enfermedad y padecimiento propongo la noción de
“trastorno”, íntimamente ligada a las condiciones sociohistóricas de
posibilidad en cierta formación discursiva y que permite incluir estados
físicos y mentales diversos relacionados a entornos culturales donde adquieren
sentido y se les confieren símbolos y significados diversos. El concepto de “trastorno”
pretende ser poroso, flexible, abierto y articulado a la reconfiguración,
configuración y reconfiguración de la historia inacaba del sujeto, en estrecha
relación con su identidad narrativa, su condición y su contexto. Nociones como
desadaptación, discapacidad, anormalidad, alteración, disparidad, estigma,
pauperización, deslocalización, incompetencia -motora, psicológica, lingüística
y social-, entre otras, forman parte de este campo discursivo relacionado con
las maneras de estar en el cuerpo
La noción de trastorno no es nueva en el
lenguaje del campo de la medicina y generalmente se asocia a los desórdenes
psíquicos o de otro tipo. A diferencia del concepto de enfermedad aguda, que
comúnmente se refiere a situaciones temporalmente acotadas sobre problemas de
la salud, los trastornos apuntan a condiciones prolongadas presentes en la
larga duración, por lo que se vuelven parte integral de la identidad de los
sujetos a través de su historia de vida. En constaste, un trastorno
puede entenderse simplemente como una alteración del estado de salud “normal”
debido o no a una enfermedad. El término trastorno se utiliza de un modo más
laxo al referirse a los cambios des adaptativos, físicos o mentales, en los
cuales no son muy claras las etiologías y las manifestaciones, que pueden ser,
por ejemplo, a la vez causa o consecuencia del problema. En el caso de los
trastornos mentales muchas veces no queda claro si los desequilibrios
bioquímicos asociados producen los síntomas o son producto de una dinámica de
interacción social entre el sujeto y su entorno.
En los trastornos mentales, es de especial
relevancia enfatizar la manera en que el individuo se relaciona con el entorno,
el trastorno no es algo estático, concerniente por ejemplo a la genética, al
agente etiológico o a lesiones, está más bien ligado a experiencias y
situaciones que involucran dinámicas de comportamiento. Por lo tanto, las
causas no pueden ser reducidas a las funciones cerebrales alteradas, sino a las
interacciones sociales en las que se involucra el sujeto.
para ejemplificar esta discusión, se puede
recuperar la disputa en torno al autismo, hay quienes lo definen como
enfermedad y hay quienes abrogan porque los síntomas relacionados pertenecen al
ámbito de lo social, por lo que no hay necesidad de tratamientos
farmacológicos. La etiqueta de enfermedad, en ocasiones, medica liza,
estigmatiza y restringe al sujeto autista, mientras que la categoría de
trastorno entendida como estado vital o cualidad, permiten que las limitaciones
o discapacidades en un área no totalicen la experiencia intersubjetiva del
autista. Las alteraciones cualitativas características de la interacción
social, de las formas de comunicación y de los repertorios repetitivos y
estereotipados de ciertas actividades, pueden variar en su grado.
LA NOCIÓN DE “TRASTORNO”: ENTRE LAS NARRATIVAS
BIOGRÁFICAS Y EL CONTEXTO SOCIAL
Para comprender las peculiaridades de la noción de
trastorno, los métodos narrativos que abordan el padecer, pueden hacer
converger el itinerario autobiográfico de quien sufre con el proceso de
convertirse en enfermo y vivir con el padecimiento. En el caso de los
padecimientos crónicos, muchas veces existe una resistencia de los sujetos a
identificarse como enfermos, lo que limita la utilidad de la dicotomía
sano/enfermo.
Los sujetos pueden reconocer la cualidad
progresiva e incurable de su alteración biológica descrita como enfermedad,
pero no se identifican a sí mismos como enfermos. Para las personas con
desórdenes crónicos, la enfermedad está incorporada como un trastorno,
condición o cualidad con la que tienen que vivir y envejecer. Referirse a un
trastorno, es una manera de situar la existencia liminal de las disfunciones
crónicas, que deja a quien lo sufre en un lugar intermedio entre los sanos y
los enfermos. Los sujetos pueden reconocer la cualidad progresiva e
incurable de su alteración biológica descrita como enfermedad, pero no se
identifican a sí mismos como enfermos. Para las personas con desórdenes
crónicos, la enfermedad está incorporada como un trastorno, condición o
cualidad con la que tienen que vivir y envejecer. Referirse a un trastorno, es
una manera de situar la existencia liminal de las disfunciones crónicas, que
deja a quien lo sufre en un lugar intermedio entre los sanos y los enfermos.
Las enfermedades crónicas comparten un
marco temporal caracterizado por la experiencia interminable de la enfermedad
que implica el manejo médico de por vida y provoca la reflexión continua de
quien la padece sobre su presente, pasado y sus expectativas. Por ejemplo,
antes de realizar un viaje o cualquier otra actividad, se pregunta sobre lo que
puede o no hacer y con base en este juicio toma decisiones para actuar. El
sufrimiento en las enfermedades crónicas está ligado a la pérdida de uno mismo,
por la incapacidad de calcular el propio curso de vida y evaluar adecuadamente
las posibilidades, lo que afecta la autoestima y la independencia. Al estudiar
a diabéticos, encontraron que algunos pacientes buscaban la continuidad de su
identidad en la obtención de conocimientos para manejarla con la intención de revertir
la enfermedad y vivir como lo hacían antes del diagnóstico, esto es, lo más
alejado posible de las indicaciones para su control con el fin de
auto-determinarse, quitándole atención al desorden.
https://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0026-17422019000500039
Revista
de la Facultad de Medicina (México)
versión On-line ISSN 2448-4865versión impresa ISSN 0026-1742
Rev. Fac. Med. (Méx.) vol.62 no.5 Ciudad de
México sep./oct. 2019 Epub 12-Ene-2021
https://doi.org/10.22201/fm.24484865e.2019.62.5.08
MUSCULOESQUELÉTICOS
El sistema
musculoesquelético proporciona forma, estabilidad y movimiento al cuerpo
humano. Está constituido por los huesos del cuerpo (que conforman el
esqueleto), los músculos, los tendones, los ligamentos, las articulaciones, los cartílagos y otras clases de
tejido conjuntivo. El término tejido conjuntivo se utiliza para describir el
tejido que sostiene tejidos y órganos y los mantiene unidos. Se compone
principalmente de colágeno y fibras elásticas, que están compuestas por distintas
proteínas.
El
sistema músculo-esquelético sufre muchos cambios con la edad ( ver Efectos
del envejecimiento en el sistema musculoesquelético).
El músculo esquelético es el que suele identificarse propiamente como músculo:
el que puede contraerse para mover las distintas partes del cuerpo. Los
músculos esqueléticos están constituidos por haces de fibras contráctiles que
están organizadas siguiendo un patrón regular, de tal manera que cuando se
observan al microscopio parecen rayas (por este motivo también se les denomina
músculos estriados). Los músculos esqueléticos varían en su velocidad de
contracción.
Los músculos esqueléticos están
controlados por el cerebro y se consideran músculos voluntarios, ya que la
persona los mueve mediante un control consciente. El tamaño y la fuerza de los
músculos se mantienen o aumentan con el ejercicio regular.
os músculos lisos controlan ciertas funciones del organismo que no pueden
controlarse conscientemente. El músculo liso rodea muchas arterias y se contrae
para regular el flujo sanguíneo.
El músculo liso también
está controlado por el cerebro, pero no de forma voluntaria. Los
desencadenantes de la contracción o relajación del músculo liso están bajo el
control de las necesidades del organismo, por lo que a los músculos lisos se
les considera músculos involuntarios, que actúan sin que la persona los
controle de forma consciente.
El músculo cardíaco genera el corazón y no pertenece
al sistema musculoesquelético. Al igual que el músculo esquelético, el músculo
cardíaco tiene un patrón regular de fibras que parecen también rayas cuando se
observan al microscopio. Sin embargo, el músculo cardíaco se contrae y se
relaja rítmicamente sin el control consciente de la persona.
Revisado/Modificado abr
2022 | Modificado sept
2022
A
partir de los 30 años, la densidad de los huesos comienza a disminuir tanto en
hombres como en mujeres. Esta pérdida de densidad ósea se acelera en las
mujeres tras la menopausia. Como resultado de ello, los huesos se vuelven más frágiles
y más propensos a las fracturas (véase Osteoporosis), especialmente en la vejez.
Efectos del envejecimiento en el
sistema musculoesquelético
Revisado/Modificado abr
2022 | Modificado sept
2022
l
cartílago interior de la articulación se vuelve más fino y sus componentes (los
proteoglicanos, las sustancias que contribuyen a proporcionar resiliencia al
cartílago) se alteran, lo que disminuye la resiliencia de la articulación y
aumenta la propensión a las lesiones. Por todo ello, en algunas personas, las
superficies articulares no se deslizan una sobre otra tan bien como solían
hacerlo. Este proceso puede causar artrosis.
La pérdida de músculo (sarcopenia) es un
proceso que comienza alrededor de los 30 años de edad y sigue avanzando durante
el resto de la vida. En este proceso, disminuyen gradualmente tanto la cantidad
de tejido muscular, como el número y el tamaño de las fibras musculares. La
consecuencia de la sarcopenia es una pérdida gradual de masa y de fuerza de los
músculos. Esta leve pérdida de fuerza muscular supone un aumento de carga sobre
ciertas articulaciones (como las rodillas) y predispone a la persona afectada a
sufrir artropatías y caídas. Afortunadamente, la pérdida de masa y fuerza
musculares se puede evitar o al menos retrasar considerablemente mediante un
programa de ejercicio regular.
https://www.msdmanuals.com/es/hogar/trastornos-de-los-huesos-articulaciones-y-m%C3%BAsculos/biolog%C3%ADa-del-sistema-musculoesquel%C3%A9tico/efectos-del-envejecimiento-en-el-sistema-musculoesquel%C3%A9tico
MUSCULOESQUELÉTICOS
RELACIONADOS CON EL TRABAJO
Las lesiones músculo esqueléticas han sido
reconocidas como una causa importante de ausentismo e incapacidad entre muchas
poblaciones laborales; incluye un grupo de condiciones que involucran a los
nervios, tendones, músculos y estructuras de soporte del aparato locomotor
(Bernard, 1997). Las lesiones músculo esqueléticas relacionadas con el trabajo
son aquella causadas o empeoradas por el ambiente de trabajo, siendo su
naturaleza multifactorial. Estas pueden ocasionar síntomas severos y
debilitantes tales como dolor, entumecimiento, parestesia y molestia, en una o
varias regiones corporales, así como pérdida de tiempo en el trabajo,
incapacidad temporal o permanente, dificultad para realizar tareas laborales e
incremento en los costos de compensación. (Bernard, 1997; Merlino, Rosecrane,
Antón & Cook, 2003; Booth-Jones, Lemasters, Succop, Atterbury &
Bhattacharya, 1998; Weil, 2001).
Los trabajadores de la construcción
realizan sus tareas bajo condiciones ambientales adversas, tales como climas
inclementes y humedad variable, entre otros, lo que hace difícil determinar la
asociación entre las condiciones de trabajo y los desórdenes músculo
esquelético (Merlino, et al, 2003; Schneider & Susi, 1994; Lemasters, et
al, 1998).
La edad, el índice de masa corporal y el
tipo de actividad física pueden también jugar un rol en el desarrollo de
lesiones músculo esqueléticas. Aún
si las actividades en el tiempo libre extra labor
son muy diferentes al trabajo, éstas pueden involucrar factores similares como
movimientos repetitivos, estrés mecánico o posturas difíciles pudiendo ser
causa de síntomas músculo esqueléticos (Bernard, 1997; Bohulav, 2005).
La edad, el índice de masa corporal y el
tipo de actividad física pueden también jugar un rol en el desarrollo de
lesiones músculo esqueléticas. Aún
si las actividades en el tiempo libre extra labor
son muy diferentes al trabajo, éstas pueden involucrar factores similares como
movimientos repetitivos, estrés mecánico o posturas difíciles pudiendo ser
causa de síntomas músculo esqueléticos (Bernard, 1997; Bohulav, 2005).
La edad, el índice de masa corporal y el
tipo de actividad física pueden también jugar un rol en el desarrollo de
lesiones músculo esqueléticas. Aún
si las actividades en el tiempo libre extra labor
son muy diferentes al trabajo, éstas pueden involucrar factores similares como
movimientos repetitivos, estrés mecánico o posturas difíciles pudiendo ser
causa de síntomas músculo esqueléticos (Bernard, 1997; Bohulav, 2005).
Los trastornos musculoesqueléticos (TME)
son lesiones (alteraciones físicas y funcionales), asociadas al aparato
locomotor: músculos, tendones, ligamentos, nervios o articulaciones. Los TME de
origen laboral son alteraciones que sufren estas estructuras corporales,
causadas o agravadas fundamentalmente por el trabajo y los efectos del entorno
en el que éste se desarrolla. La mayor parte de los TME se deben a una exposición
repetida a cargas durante un período de tiempo prolongado y afectan
principalmente a la espalda, cuello, hombros y extremidades superiores, aunque
también pueden afectar a las inferiores1. Los síntomas principales son el dolor asociado a
inflamación, pérdida de fuerza y limitación funcional de la parte afectada,
dificultando o impidiendo la realización de algunos movimientos. En la mayor
parte de los casos no es posible señalar un único factor causal ya que suelen
ser varios los factores que contribuyen a la aparición de TME2. Los principales factores que intervienen en la
lesión de los tejidos del sistema musculoesquelético son: físicos (sobrecarga
mecánica, movimientos repetitivos, posturas forzadas o estáticas…),
organizativos (trabajo exigente, falta de control en tareas, nivel de satisfacción…)
y personales (edad, sexo…)3
n 2012, fueron notificados en el Sistema
de Declaración Electrónica de Trabajadores Accidentados (Delt@) del Ministerio
de Empleo y Seguridad Social, un total de 153.459 accidentes de trabajo con
baja en jornada de trabajo (ATJT) por sobresfuerzos, afectando el 67,8% a
hombres y el 32,2% a mujeres9. Los accidentes por sobresfuerzo sobre el sistema
musculoesquelético constituyeron el 37.5% del total de accidentes en jornada de
trabajo con baja9,10. Igualmente se notificaron como enfermedades
profesionales a través del Sistema de Comunicación de Enfermedades
Profesionales en la Seguridad Social (CEPROSS), 11.791 trastornos
musculoesqueléticos (afectando el 51% a hombres y el 48.9% a mujeres) lo que
representa un 70.2% del total de enfermedades profesionales comunicadas en este
año11.
MARCO
DE REFERENCIA
Los trastornos musculoesqueléticos (TME)
son lesiones del aparato locomotor que pueden tener un origen laboral. Afectan
principalmente a la espalda, cuello, hombros y extremidades superiores. Es uno
de los problemas más importantes de salud en el trabajo con elevados costes
económicos.
El Instituto Sindical de Trabajo, Ambiente
y Salud (ISTAS, 1999) fundación autónoma de carácter técnico sindical promovida
por Comisiones Obreras (CCOO) en España, llevó a cabo un foro en el año 1999.
Para ese entonces, los trastornos músculo-esqueléticos ocupaban ya un lugar
preponderante en el perfil de daño de los trabajadores de la Unión Europea: de
acuerdo con Joaquín Nieto
A pesar de esta falta de detección y su
registro, recientemente se ha dado a conocer por parte de la Organización
Internacional del Trabajo - OIT (2013), que las enfermedades profesionales a nivel
mundial, siguen siendo las principales causas de muertes relacionadas con el
trabajo. Según sus estimaciones, de un total de 2,34 millones de muertes en el
trabajo, sólo 321.000 se deben a accidentes. Los restantes 2,02 millones de
muertes son causadas por diversos tipos de enfermedades relacionadas con el
trabajo, lo que equivale a un promedio diario de más de 5.500 muertes. Se trata
de un déficit inaceptable de Trabajo Decente.
Estudios epidemiológicos han reportado
factores de riesgo que pueden favorecer el desarrollo de problemas músculo
esqueléticos. Entre estos se encuentran movimientos repetitivos, esfuerzos
prolongados, levantamientos frecuentes o pesados, empujar, halar o trasladar
objetos pesados, posturas inadecuadas y prolongadas, altas demandas de trabajo,
puesto de trabajo con alcances inadecuados, el frío, las vibraciones, la
presión local sobre la piel o tejido nervioso, la carga músculo esquelética, la
carga estática, la monotonía y la exigencia cognoscitiva, los factores
organizacionales y psicosociales asociados al trabajo, hábito tabáquico y
ejercicio vigoroso (Bernard, 1997; Hales & Bernard, 1996; Kivimaki, Batear,
Ferrie, Hemingway & Pentti, 2001; Robaina & León, 1999; Burdof &
Van der Beek, 1999; Kuorinca & Forcier, 1995).
El hecho de que este problema sea tal
actual y tan importante es uan de las razones por las cuales se desarrolla la
presente temática para el desarrollo de esta investigación se obtuvo información
de temas relacionados con los trastornos musculoesquelético en el trabajo y conceptos
básico para la compresión de este tema clave.
Trabajares:
Los trabajadores de la construcción
realizan sus tareas bajo condiciones ambientales adversas, tales como climas
inclementes y humedad variable, entre otros, lo que hace difícil determinar la
asociación entre las condiciones de trabajo y los desórdenes músculo esqueléticos
(Merlino, et al, 2003; Schneider & Susi, 1994; Lemasters, et al, 1998).
Los ambientes de trabajo presentan
características particulares que influyen en la salud de los trabajadores.
Entre ellas, se destaca el esfuerzo muscular/esquelético corporal, exigido en
las actividades rutinarias desarrolladas por profesores de Educación Infantil y
Enseñanza Fundamental. Estudios previos (1-13) han señalado este compromiso en
esa clase trabajadora, que converge para el desencadenamiento de Lesiones por
Esfuerzos Repetitivos (LER) y Enfermedades Osteomusculares Relacionadas al
Trabajo (EORT). Las referidas patologías pueden ser consideradas como una de
las principales lesiones relacionadas al trabajo, afectando nervios, músculos y
tendones, especialmente en miembros superiores (9-10, 14-15)
Del conjunto de enfermedades relacionadas
con el trabajo, los trastornos músculo-esqueléticos ocupacionales (TMEO) y los
trastornos psíquicos han sido identificados en la literatura sobre la materia
como los principales daños a la salud derivados de la exposición a los riesgos
y exigencias, tales como: la realización de movimientos repetitivos, la
adopción de posturas forzadas, el manejo manual de cargas, una gran carga
psíquica en función de la duración de la jornada de trabajo, altas metas de
producción, supervisión estricta, poca o nula autonomía de trabajo,
organización de las actividades bajo un modelo taylorista, riesgos disergonómicos
en el diseño de los puestos de trabajo además de altas temperaturas, ruido,
polvo, deficiente iluminación y exposición a sustancias tóxicas (Nieto, 1999 y
OIT, 1998).
Construcción:
Holmstrom, Moritz & Engholm (1995) en
un estudio realizado en trabajadores de la construcción encontraron que las
patologías músculo esqueléticas mostraron una clara relación con exposición a
trabajo pesado y vibración, frecuente uso de herramientas manuales, trabajo
repetitivo y posturas inadecuadas. Por otro lado, factores de la organización
laboral como trabajos que requieren alta demanda o estrés y pocos recursos
también revelaron asociación con dolor de espalda baja. Estos autores
sugirieron una influencia mayor de los factores físicos que los psicosociales
sobre la ocurrencia de desórdenes músculoesqueléticos en la construcción. Así
mismo, observaron que la edad fue un fuerte factor de riesgo para los mismos.
En relación con aspectos organizacionales,
las quejas musculoesqueléticas pueden estar atribuidas a las condiciones de
infraestructura del ambiente, organización y sobrecarga de trabajo que, muchas
veces, es ejercido en posiciones ortos taticas no confortables, en función de
los largos períodos de pie, durante el ejercicio de las actividades laborales:
escribir en el pizarrón, cargar materiales didácticos para el aula, ejecutar la
instalación de recursos audiovisuales y moverse constantemente de un edificio a
otro. Además de estos factores, también contribuyen la carencia de local
adecuado para descanso y la inadecuación de mesas y sillas, instrumentos indispensables para ejercicio del trabajo docente (1, 11, 16,
17).
Los accidentes y enfermedades de trabajo son un problema de
salud pública, muchas veces minimizado por diversas razones entre las que se
encuentran las de carácter económico. Son las enfermedades de trabajo las que
con mayor frecuencia no se diagnostican o se ocultan. A pesar de esta falta de
detección y su registro, recientemente se ha dado a conocer por parte de la
Organización Internacional del Trabajo - OIT (2013), que las enfermedades
profesionales a nivel mundial, siguen siendo las principales causas de muertes
relacionadas con el trabajo. Según sus estimaciones, de un total de 2,34
millones de muertes en el trabajo, sólo 321.000 se deben a accidentes. Los
restantes 2,02 millones de muertes son causadas por diversos tipos de
enfermedades relacionadas con el trabajo, lo que equivale a un promedio diario
de más de 5.500 muertes. Se trata de un déficit inaceptable de Trabajo Decente.
Síntomas musculoesqueleticos.:
Siendo las lesiones músculo esqueléticas
patologías prevenibles, el propósito principal de este trabajo fue determinar
la prevalencia de síntomas músculos esqueléticos entre los trabajadores de una
Empresa de Construcción Civil e investigar factores ocupacionales y personales
que pudieran estar asociados a los síntomas para posteriormente sugerir las
recomendaciones pertinentes.
https://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1315-01382007000200003
Según estudios (5), un gran porcentaje de
profesores acude a los servicios de salud con quejas osteomusculares,
remitiendo la posibilidad de incapacidad para el trabajo, visto que las
patologías señaladas se caracterizan como una de las principales causas de
alejamiento ocupacional, identificado no solamente entre la clase profesional
investigada, sino también entre otras categorías, como es el caso de los
trabajadores
Las lesiones y enfermedades originadas en
el trabajo, a diferencia de lo que se creyó durante muchos años, son resultado
de la confluencia de múltiples riesgos y exigencias, los cuales pueden dar
origen a una sola enfermedad o a diversas enfermedades. Asimismo, un solo
riesgo o exigencia, puede dar origen a distintos padecimientos. Entre los
principales riesgos se encuentran los que han sido considerados típicos de la
fábrica: físicos, químicos, mecánicos y biológicos. Sin embargo, en los últimos
lustros los llamados factores psicosociales, o para ser más precisos las
exigencias laborales y las disergonómicas, han venido tomando un lugar
preponderante en el perfil de exposición de las diversas poblaciones
trabajadoras, perfil que tiende a deteriorarse por la falta de inversión en
medidas preventivas por parte de las empresas que, en su gran mayoría, buscan
solamente bajos costos de producción y elevadas tasas de ganancia, es decir, el
factor determinante es de tipo económico. de la salud (18-19),
trabajadores portuarios (20), bancarios (21-22), odontólogo (23) y trabajadores
rurales (24-28).
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